Esta
misiva del 25 de marzo de 1895, escrita desde Montecristi, Santo Domingo; se
considera la carta de despedida a la madre y su testamento familiar, por cuanto
se revela la constancia del sensible y profundo recuerdo de Martí hacia su
madre. De sus grandes amores, indudablemente uno fue el de su madre; quizás el mayor
de sus magnos sufrimientos fue no haber podido endulzarle la existencia. José
Martí viaja por pueblos y caseríos dominicanos y haitianos con el propósito de
congregar energías para la lucha por la independencia de Cuba. Junto a su deber
revolucionario y a su labor política se halla un recuerdo entrañable que lo
acompañó siempre: el de su madre. La misiva es portadora de los comprensibles
reclamos que le hacía doña Leonor a un hijo hecho para tener como madres
mayores: la patria y la humanidad toda.
Cita:
https://www.medigraphic.com/pdfs/hummed/hm-2019/hm193g.pdf 6 MAYO 2021
https://www.medigraphic.com/pdfs/hummed/hm-2019/hm193g.pdf 6 MAYO 2021
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